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Causas, síntomas y tratamiento para el dolor de tobillo

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Debemos tener precaución en todo momento, ya sea en la calle, en el trabajo o en casa. Basta con dar un paso en falso para que el pie se tuerza, la zona del tobillo se hinche y solo podamos caminar soportando el dolor o esperar a que la lesión se cure.

La causa más común del dolor de tobillo es por un esguince o una sobrecarga de los ligamentos, lo que implica una restricción considerable de las tareas y hábitos cotidianos durante unos días. Por ello, hoy te explicamos cómo prevenir el dolor de tobillo y cuáles son sus causas.

¿Cuál es la articulación del tobillo?

Es importante localizar bien dónde se encuentra esta articulación: se ubica entre la parte inferior de la pierna y el pie, formando la parte interna y externa del tobillo. Gracias a esta unión, se hace posible la acción de caminar y correr sin problemas, permitiendo que el pie se mueva al mismo tiempo que la pantorrilla. Además, soporta casi todo el peso del cuerpo durante la mayor parte del tiempo.

Síntomas más frecuentes: dolor al caminar, hinchazón y hematomas

¿Sabes cuáles son las principales causas de una lesión de tobillo? Mayormente, hablamos de esguinces, torceduras y roturas de ligamentos, siendo el deporte donde se registra el mayor número de casos. Deportes como el fútbol, voleibol, baloncesto o balonmano, que implican arranques y paradas bruscas, saltos frecuentes y movimientos rápidos, tienen un mayor riesgo de causar lesiones. Sin embargo, no siempre es necesario practicar deporte o realizar movimientos bruscos. En situaciones cotidianas, como dar un paseo, es igual de fácil torcerse el tobillo accidentalmente, apoyar mal el pie o caer de forma inesperada.

Lamentablemente, estas molestias pueden derivar en lesiones o dolencias articulares importantes, o incluso en enfermedades: el dolor de rodilla y el dolor de muñeca son algunos ejemplos. Para determinarlo, debes tener en cuenta estos síntomas:

· Dolor tirante en la zona del tobillo
· Hinchazón y enrojecimiento
· Aparición de hematomas
· Dolor al caminar o apoyar el pie
· Movimiento restringido del pie

En caso de esguinces leves o ligamentos sobreestirados, los síntomas suelen mejorar por sí solos en unos días. Pero si la lesión no mejora y te cuesta cada vez más caminar, es importante acudir a un especialista para que pueda identificar las causas y preparar un tratamiento específico.

¡Ten cuidado con estos problemas!

Esguince en los ligamentos

Esta lesión es bastante común y se produce cuando los ligamentos que estabilizan la articulación se estiran en exceso, algo que suele pasar cuando nos torcemos el pie. Dependiendo de lo fuerte que haya sido el esguince, el tobillo puede hincharse, y también pueden aparecer fuertes dolores y hematomas. No obstante, si en el momento de la lesión escuchas un pequeño chasquido, puede ser un indicio de rotura en los ligamentos.

Respecto al dolor, se debe a que el ligamento ya no puede sostener bien la articulación y esta se vuelve inestable. Aunque caminar y apoyar el pie puede ser doloroso, sigue siendo posible, a diferencia de una fractura de hueso. Eso sí, es muy importante tratarlo correctamente para que no empeore: no dudes en contactar a un médico si te surgen dudas.

Fractura ósea

Cuando hablamos de fractura en el tobillo, generalmente afecta a la parte superior de la articulación; en ese caso, es posible que no sientas dolor inmediato. Solo una radiografía, resonancia magnética o tomografía puede confirmar si verdaderamente existe una fractura. Una vez confirmado, el médico decidirá el tratamiento adecuado, que puede ser cirugía o inmovilización del tobillo con una férula o yeso

Artrosis en el tobillo

La artrosis es más bien una enfermedad que una lesión: ocurre cuando las articulaciones se desgastan y el cartílago se rompe, haciendo que los huesos rocen entre sí. Esto provoca dolor al caminar, al mover la articulación e, incluso, cuando estás en reposo. Suele aparecer con el paso de los años, sobre todo en personas mayores o debido a pequeñas lesiones cotidianas.

Cómo prevenir el dolor de tobillo

Dependiendo de, la causa y de la gravedad hay varias maneras de aliviar el dolor de tobillo. En caso de una lesión repentina, lo primero es reposar, aplicar hielo en la zona afectada, elevar el pie y evitar hacer esfuerzos durante la recuperación. ¡Importante! El hielo ayuda a reducir el dolor y la hinchazón, pero recuerda envolverlo en un paño antes de aplicarlo para no dañar la piel. Si la lesión es grave, acude a un médico para que te dé un diagnóstico adecuado

¿Es necesario utilizar una tobillera?

Las tobilleras son geniales porque protegen y estabilizan el tobillo, aliviando el dolo; también ayudan a prevenir lesiones y evitar que aparezca el dolor. Por ello, te recomendamos la Tobillera Protectora de Hansaplast, ya que es ideal para el proceso de recuperación.

Las cintas también son otra opción para estabilizar la articulación y reducir el riesgo de lesiones, especialmente si ya ha aparecido el dolor. Lo ideal es que un médico o un fisioterapeuta te explique cómo colocarlas correctamente.

Tres ejercicios que ayudarán a prevenir el dolor de tobillo

Una de las mejores formas de evitar lesiones en el tobillo es hacer entrenamientos diarios. Si fortaleces y movilizas la articulación de forma regular, reduces el riesgo de sufrir una lesión. Además, si ya padeces artrosis, estos ejercicios pueden ayudarte a acelerar la recuperación y evitar que la enfermedad avance rápido. Este entrenamiento es fácil de hacer en casa o en el gimnasio, y te ayudarán a mantener los pies y las piernas en forma. ¡Vamos allá!

IMPORTANTE. Si te gusta el deporte, usa siempre calcetines de compresión para mejorar la circulación en las piernas y pies: ayudarán a aumentar tu rendimiento, a proteger tus músculos y articulaciones y a que se recuperen más rápido después del ejercicio.

Ponte de puntillas

Solo necesitas colocarte de pie con los pies separados a la altura de las caderas y sobre una superficie firme. Ahora, ponte de puntillas sobre la parte delantera, levantando los talones del suelo. Es importante que el movimiento no se haga con impulso, sino de manera controlada. Repite varias veces el ejercicio y ve aumentando poco a poco el número de repeticiones cada día.

Mantén el equilibrio de pie y sobre una pierna

Este ejercicio trata de mantener el equilibrio para entrenar la articulación. Ponte de pie y recto con la vista en un punto fijo delante de ti; después, flexiona un poco las rodillas y levanta una pierna, apoyando todo tu peso en la otra. Cuando termines, baja la pierna y repite con la otra. Puedes apoyarte en la parte interior del muslo o dejar el pie en el aire. El yoga también tiene muchos ejercicios de equilibrio que son perfectos para fortalecer las articulaciones.

Realiza movimientos circulares

Como último ejercicio, te presentamos uno muy sencillo que puedes hacer de pie o sentado: si estás de pie, asegúrate de mantener una postura firme y estable, levanta un poco el pie y haz círculos con él para movilizar toda la articulación. Si estás sentado, mantén la espalda recta y haz el mismo movimiento. Repite unas cuantas veces y luego cambia de pie.

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