Cuando te tuerces el tobillo y hay una aparición repentina de dolor, hinchazón o incluso una coloración azulada en el área del tobillo, puede significar que tienes una rotura de ligamentos, algo que también se conoce como desgarro de ligamento. Te explicamos a continuación a qué se puede deber esta lesión, qué opciones de tratamiento existen y cómo puedes prevenirla.
¿Qué es una rotura de ligamento?
Las articulaciones tienen la función de permitir la movilidad del cuerpo humano. Para que esta movilidad no se convierta en inestabilidad, los ligamentos alrededor de estas articulaciones (compuestos principalmente de tejido elástico denso y resistente) aseguran el rango de movimiento del cuerpo. Los ligamentos pueden tener diversas funciones, como:
• estabilizar la articulación
• guiar los movimientos de las articulaciones
• y limitar los movimientos
Una rotura de ligamento es una lesión de estas estructuras esenciales de tejido conectivo y puede manifestarse en varios grados de gravedad: desde un desgarro parcial hasta un ligamento completamente seccionado. El impacto de la lesión consiste en que la articulación afectada ya no puede moverse normalmente, soportar esfuerzo físico ni estabilizarse.
Posibles causas de una rotura de ligamento
Una rotura de ligamento puede ocurrir por diversas razones: en la mayoría de casos, la causa se atribuye a un movimiento brusco e inesperado de la articulación afectada. Esto puede suceder en atletas profesionales, pero también durante actividades deportivas amateurs, así como en accidentes.
Aparte de situaciones de lesiones agudas, hay ciertos factores que los científicos asocian con un mayor riesgo de experimentar una rotura de ligamento. Estos son:
- deportes de alto rendimiento
- deportes con patrones de movimiento particulares o movimientos frecuentes y bruscos (por ejemplo, fútbol o esquí)
- lesiones en la articulación afectada en el pasado
- músculos y articulaciones no entrenados
- sobreentrenamiento
- falta de movimiento
¿Qué sucede cuando se desgarra un ligamento?
La causa de un desgarro de ligamento es un movimiento inusual y excesivo, a veces con la dislocación o el deslizamiento de la articulación: algo que ocurre, por ejemplo, cuando una articulación se tuerce o se dobla de manera incorrecta. En casos extremos, se ejerce una fuerza intensa sobre el ligamento y, al hacerlo, el tejido conectivo puede resultar lesionado ya sea por estiramiento o por torsión.
¿Qué ligamentos se pueden desgarrar?
En teoría, cualquier ligamento en el cuerpo humano es capaz de desgarrarse, pero hay partes del cuerpo en las que las lesiones ocurren con más frecuencia. Una rotura de ligamentos en el pie tras una lesión deportiva o un accidente, es una razón habitual para consultar a un médico.. En la zona del pie es común que se desgarre el ligamento externo, mientras que en la zona de la rodilla, los ligamentos internos y cruzados suelen verse afectados con frecuencia.
Rotura de ligamento: síntomas que indican la lesión
Cuando ocurre una rotura de ligamento, en ese mismo momento se produce un dolor agudo y punzante. En algunos casos, el desgarro puede percibirse como un sonido de chasquido, estallido o crujido. Después de la lesión inicial, puede producirse una hinchazón en la zona afectada de manera bastante rápida, así como la formación de un hematoma. Otros síntomas de una ruptura de ligamento son:
- Movilidad limitada.
- Inestabilidad percibida.
- Dolor debido al esfuerzo físico.
- Y dificultad para caminar de manera estable.
¿Distensión o rotura (parcial) del ligamento?
Es posible que un ligamento, a pesar de soportar un intenso esfuerzo físico, no se desgarre, sino que simplemente se distienda de manera significativa. Desde el punto de vista médico, esto se conoce como una distorsión.
Dado que un ligamento sobreestirado no puede distinguirse fácilmente del sobreesfuerzo físico u otras enfermedades, como los síndromes de compresión, es recomendable consultar a un médico si el dolor persiste.
Diagnóstico de una rotura de ligamento en la consulta del médico
En caso de sospecha de rotura de ligamento, es altamente recomendable que la lesión sea examinada por un médico.
Las roturas de ligamento pueden clasificarse en tres grados de gravedad:
- Lesión de primer grado: el ligamento está sobrestirado (distorsión)
- Lesión de segundo grado: hay un desgarro parcial evidente en el ligamento
- Lesión de tercer grado: el ligamento está completamente roto
La parte inicial del examen en la consulta del médico consiste en realizar una evaluación visual precisa del sitio afectado, probar la capacidad de la articulación para funcionar correctamente y verificar la percepción del dolor. Palpar la zona ayuda a localizar con mayor precisión la ubicación del dolor, lo que posiblemente pueda indicar de forma clara la lesión.
En caso de que esta primera evaluación no sea suficiente, también se puede realizar una imagen médica: una opción es utilizar la ecografía, pero también la resonancia magnética es adecuada para observar los ligamentos con más detalle. Si hay motivo para sospechar una lesión en el hueso o en el sitio de unión del ligamento al hueso, también se realiza una radiografía.
Tratamiento de una rotura de ligamento: ¿qué opciones hay?
Una vez que se ha diagnosticado una rotura de ligamento, se inicia el tratamiento. Aquí, el grado de gravedad es un factor importante: los médicos tienen opciones tanto conservadoras como quirúrgicas, disponibles para tratar los ligamentos desgarrados. Para el tratamiento conservador de una rotura de ligamento, se pueden utilizar las siguientes medidas:
• Compresión y enfriamiento (durante aproximadamente tres días durante la fase aguda inicial).
• Reposo y estabilización con la ayuda de soportes, vendajes, ortesis y ayudas para caminar.
• Medicación para el dolor.
• Terapia física.
Las roturas graves, los desgarros en el sitio de unión ósea del ligamento o el riesgo de limitaciones de movilidad permanentes como resultado de la lesión, pueden suponer que la cirugía sea obligatoria. Por regla general, los pros y los contras se estudian con mucho cuidado, una decisión que se debe tomar con el médico.
¡Importante! La primera medida tomar cuando se sospecha de un desgarro de ligamento es el tratamiento agudo basado en el enfoque RICE. "RICE" (siglas en inglés) significa Reposo, Hielo, Compresión y Elevación, y sirve como tratamiento inmediato justo después de la lesión.
¿Cuánto tiempo se tarda en sanar por completo una rotura de ligamento?
El proceso de curación y la duración dependen de la gravedad de la lesión; por tanto, no es posible hacer una afirmación general sobre la duración de la curación de una rotura de ligamento. En cualquier caso, es esencial recibir tratamiento lo antes posible para evitar complicaciones y prolongar innecesariamente el proceso de curación.
Dependiendo del grado de la lesión y del tipo de rotura del ligamento, el proceso de curación puede durar desde cuatro meses hasta varios meses más. Es esencial tener paciencia para que la curación sea efectiva. Si se ejerce demasiado esfuerzo físico en la articulación demasiado pronto después de una ruptura de ligamento, el proceso de curación puede prolongarse significativamente y aumentar el riesgo de complicaciones.
Aviso | Una rotura de ligamento no debe quedar sin tratamiento. Pueden surgir consecuencias graves, como la limitación de la capacidad de funcionamiento de la articulación, accidentes debido a la inestabilidad, dolor crónico, mayor riesgo de artrosis o roturas de otros ligamentos.
Prevención de una rotura de ligamento
Lo ideal sería que no ocurriera una rotura de ligamento. En general, llevar un estilo de vida saludable con una dieta equilibrada y suficiente movimiento, contribuirá a minimizar el riesgo de sufrir una rotura de ligamento; además, la regeneración después de hacer deporte también es importante. Los ejercicios de estiramiento antes de las actividades deportivas también pueden mitigar el riesgo de lesiones en los ligamentos.
Antes de comenzar con tu entrenamiento, por ejemplo, puedes utilizar soportes para la muñeca, el tobillo y las rodillas. Quien tenga la intención de comenzar una rutina deportiva después de un largo descanso, o quiera, por ejemplo, empezar a correr, no debe esforzarse demasiado al principio, sino aumentar gradualmente la intensidad de las actividades; esto reducirá el riesgo que supone el tiempo de inactividad no deseado debido a músculos adoloridos, tendones demasiado tensos, dolor en las articulaciones o incluso ligamentos rotos.
Laura de Bruin se graduó en 2013 como fisioterapeuta en la Hogeschool de Rotterdam. En septiembre de 2015, comenzó la Maestría en Terapia Manual en Rotterdam. En junio de, obtuvo con éxito este título, y luego, en septiembre de 2021, comenzó la Maestría en Fisioterapia Psicosomática en Utrecht. Laura de Bruin considera importante brindar una atención de buena calidad de manera eficiente y respetuosa, que cumpla con las preferencias, deseos y expectativas del paciente tanto como sea posible. Además de los tratamientos individuales con los pacientes, también supervisa grupos de ejercicios. En los últimos años también ha seguido varios cursos sobre dolores de cabeza, problemas de cuello, hombros y espalda.
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