Sécate bien los pies
En primer lugar, mantén siempre los pies bien limpios. Los baños con agua tibia son más eficaces que lavarse los pies rápidamente en la ducha. Para ello, los jabones antibacterianos o un baño a base de hiervas con salvia suelen ser muy efectivos, sobre todo si tiendes a sudar mucho.
IMPORTANTE: Sécate bien siempre los pies con una toalla suave. Sobre todo, prestando especial atención a los espacios entre los dedos.
¡Los polvos de talco ayudan!
¿Llega el verano y te sudan mucho los pies? No hay problema, aplícate polvos de talco diariamente antes de ponerte los calcetines y los zapatos para hidratarlos. El polvo absorbe el sudor y evita los malos olores. ¡No dejes que un mal olor de pies te arruine el verano!
Cambia de calcetines
Utiliza calcetines limpios todos los días, especialmente en temporadas calurosas. En ese caso, es recomendable cambiarlos un par de veces al día, sobre todo, si eres deportista. Para ello, existen calcetines especiales que reducen la transpiración y el olor. Aunque, para controlar mejor la humedad de la piel es conveniente utilizar calcetines de algodón, lana o con iones de plata.
El zapato es importante
Ante todo, elige siempre un calzado adecuado para que los pies puedan moverse con facilidad, y evita ponerte zapatos húmedos y sudados con los pies limpios.
No olvides tampoco lavar los zapatos, puede sonar absurdo en algunos modelos, pero para ello la lavadora tiene un programa específico en estos casos. O también los puedes lavar a mano.
IMPORTANTE: Los zapateros suelen estar repletos de bacterias, y contribuyen a que tus zapatos las absorban. En su lugar, guárdalos en un sitio que esté bien ventilado y luminoso.