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Rotura del tendón de Aquiles: síntomas, causas y tratamiento

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El tendón de Aquiles es el tendón más largo y fuerte del cuerpo humano, desempeñando un papel esencial en el movimiento y el equilibrio del cuerpo. Aunque es muy robusto y poderoso, siempre puede ser vulnerable a lesiones como roturas o desgarros. A continuación, te explicamos los posibles síntomas y causas de una rotura del tendón de Aquiles, así como los tipos de tratamiento opcionales.

Tendón de Aquiles y rotura del tendón de Aquiles - ¿Qué es?

El tendón de Aquiles es un tendón fuerte y resistente a desgarros que mide entre 15 y 25 centímetros de largo y hasta 5 centímetros de ancho en su punto más grueso. Constituye la porción final del músculo gastrocnemio y sirve para unirlo al hueso del talón del pie.

El tendón puede soportar una gran carga física: en situaciones extremas, por ejemplo, soportando diez veces el peso corporal. Además, está rodeado por la vaina del tendón, que permite que el tendón se deslice sobre el hueso casi sin obstrucciones.

Entre las lesiones más frecuentes se encuentra la rotura del tendón de Aquiles, inflamaciones e irritaciones. La probabilidad de una rotura de este tipo ocurre con mayor frecuencia en personas de 30 a 40 años. Si el tendón de Aquiles está ligeramente roto y no completamente seccionado, esta afección se conoce en términos médicos como un desgarro parcial.

Rotura del tendón de Aquiles: síntomas indicadores

Hay síntomas típicos de una rotura del tendón de Aquiles. En muchos casos, se puede escuchar un chasquido similar al de un látigo o un chasquido acompañado de un inicio repentino de dolor agudo en el talón, cuando la persona lesionada presenta una gran dificultad para caminar. Otra indicación es que ya no se puede caminar sobre los dedos de los pies ("de puntillas") y el pie ya no puede rodar sobre sí mismo.

A diferencia de una rotura completa, un tendón de Aquiles ligeramente desgarrado es difícil de identificar en muchos casos, ya que el dolor no se produce con tanta intensidad y la persona afectada suele seguir caminando de forma normal. Un desgarro parcial a menudo se identifica solo después de un período de tiempo, ya que el dolor intenso en el tendón de Aquiles no necesariamente tiene que ocurrir de inmediato.

En caso de que se produzca un desgarro del tendón de Aquiles, la hinchazón en la parte posterior del tobillo y de la parte inferior del muslo son signos comunes. En algunos casos, también se forma un hematoma por encima del tobillo.

Si se sospecha que el dolor en la zona del tendón de Aquiles es una rotura, se debe llevar a cabo un cuidado de primeros auxilios de inmediato. Luego, se debe aplicar el enfoque RICE (siglas en inglés): en este caso, la pierna afectada debe ser elevada y descansada. Es aconsejable enfriar la articulación con precaución, evitando que el hielo entre en contacto directo con la piel; por ejemplo, envolviéndolo en un paño. A continuación, se debe iniciar un examen médico lo más pronto posible.

Causas de la rotura del tendón de Aquiles

La causa de una rotura del tendón de Aquiles no se debe a un impacto externo extremo y violento, sino más bien a una sobrecarga física intensa e inesperada; en la mayoría de los casos, el tendón ya ha estado dañado previamente como resultado de movimientos excesivos del tobillo y/o cambios degenerativos. Una rotura del tendón de Aquiles ocurre con mayor frecuencia durante actividades atléticas que implican cambios repentinos de dirección, paradas y arranques, así como sprints rápidos, como en baloncesto, en balonmano o en tenis. Independientemente de si una persona está involucrada activamente en deportes, una rotura de un tendón de Aquiles (dañado previamente) puede ocurrir fácilmente cuando se realiza un movimiento repentino con una fuerza física excesiva

El riesgo de sufrir una rotura del tendón de Aquiles se incrementa si hay una inflamación de la vaina del tendón (tenosinovitis), ya que el tendón se irrita. Existen enfermedades que también pueden irritar el tendón de Aquiles y hacer que una rotura sea más probable, como la gota, la artrosis o la diabetes mellitus.

Factores adicionales que aumentan la probabilidad de una rotura del tendón de Aquiles:  

Diagnóstico de una rotura del tendón de Aquiles

Si se presenta dolor en la zona del tendón de Aquiles, es esencial someterse a una examinación por parte de un médico. Lo mejor es consultar a un médico especialista o a una clínica de cirugía de emergencia, o, para una ayuda inmediata, acudir a Urgencias hospitalarias.

Person receiving massage on their achilles tendon

El personal médico asistente hará primero varias preguntas para determinar si la persona lesionada: 

  • es capaz de caminar normalmente, 
  • percibió un inicio repentino de síntomas, 
  • ha tenido dolores o lesiones similares en el tobillo y
  • puede explicar cómo ocurrió el accidente.

El diagnóstico puede realizarse de manera clínica mediante la inspección y la palpación. A unos pocos centímetros por encima del extremo del hueso del talón (calcáneo), se puede sentir un hueco en el tendón. Además de la palpación, se evalúa el rango de movimiento y la capacidad para soportar carga física, así como la fuerza muscular (de pie sobre una pierna). El personal médico también se puede realizar un test clínico especial para una sospecha de rotura del tendón de Aquiles, el llamado Test de Thompson, también conocido como el 'test de compresión de pantorrilla'.

Este examen implica que el paciente se acueste boca abajo en la mesa con los pies colgando del borde de la mesa, de modo que se pueda comprimir el músculo de la pantorrilla de la pierna lesionada. Normalmente, el pie se estira (flexión plantar), pero en un paciente con un tendón de Aquiles roto, el pie no se moverá.

Para confirmar el diagnóstico de manera confiable, la imagenología médica puede proporcionar apoyo mediante la realización de un examen de ultrasonido, por ejemplo. Esto es especialmente útil para proporcionar evidencia de un desgarro parcial. El ultrasonido permite representar claramente la estructura del tendón de Aquiles y, en el caso de un desgarro (parcial), permite que una separación se vuelva visible.

Tratamiento para una rotura del tendón de Aquiles

Si los resultados del examen diagnóstico muestran que hay una irritación del tendón de Aquiles, es recomendable que el tobillo no sea sometido a carga física; los vendajes especiales, por ejemplo, suelen ser adecuados. Se debe asegurar el descanso del pie o, de lo contrario, la irritación puede volverse crónica y aumentar el riesgo de una rotura del tendón de Aquiles. Además, es aconsejable tratar también el sitio afectado mediante técnicas de enfriamiento.

Pero, ¿qué hacer si el tendón de Aquiles está completamente roto? En ese caso, hay dos opciones a considerar: cirugía y tratamiento conservador.

Terapia sin cirugía para el tendón de Aquiles

Si es posible una terapia conservadora para el desgarro del tendón de Aquiles, el tratamiento se realiza sin cirugía: esta terapia implica que el paciente use un yeso alrededor de la pantorrilla, una férula (ortesis) o un zapato especial con una posición del pie ligeramente en punta. El objetivo aquí es alinear los extremos del tendón desgarrado más cerca uno del otro y lograr cicatrización durante el proceso de curación.

Posteriormente, se debe usar una ortesis de zapato o bota durante un período de seis a ocho semanas. Según el diagnóstico médico y el tratamiento, la posición en punta del pie se reduce gradualmente paso a paso durante el período de tratamiento. Además, se toman medidas para prevenir la aparición de trombosis. La fisioterapia es una medida de tratamiento que se debe implementar. En principio, el método conservador es más arduo que someterse a una operación, pues el tendón de Aquiles necesita un gran descanso y, sobre todo, tiempo para sanar.

Terapia sin cirugía para el tendón de Aquiles

La ventaja de someterse a una cirugía es que el tendón recupera su capacidad de funcionar mucho más rápidamente y la probabilidad de que ocurra  una nueva rotura del tendón de Aquiles es menor. Sin embargo, una operación puede resultar en complicaciones, las cuales deben ser consideradas en una consulta médica previa a la cirugía. La terapia quirúrgica puede realizarse ya sea como cirugía mínimamente invasiva o como cirugía abierta; en ambos casos, los extremos del tendón se cosen juntos. Si el tendón desgarrado se encuentra en tan mal estado que simplemente coserlo no es factible, se utiliza un trozo de tendón de otra parte del cuerpo o se emplea una técnica de sutura especial. En términos generales, existen numerosos métodos disponibles para procedimientos quirúrgicos.

Una operación del tendón de Aquiles se realiza utilizando anestesia regional o local; no se requiere necesariamente anestesia general. Durante la operación, el paciente se encuentra acostado boca abajo, con los pies colgando sobre el borde de la mesa de operaciones. Para lograr el resultado óptimo, se observan y comparan continuamente ambos pies, con un enfoque en el nervio sural. Este nervio sensible se encuentra cerca del tendón de Aquiles y no debe ser dañado, ya que inerva el talón del pie. 

Después de la operación, se debe aplicar una escayola en la pierna inferior con una posición de pie en punta de cuatro a seis semanas, durante las cuales la posición en punta se reduce cada dos semanas. Tras un procedimiento quirúrgico, también se debe proporcionar terapia física.  Hasta qué punto se pueden realizar nuevamente actividades deportivas debe decidirse en una consulta con un profesional médico.

Cómo minimizar el riesgo

El desgaste normal del tendón de Aquiles no se puede prevenir. Sin embargo, el riesgo general de lesiones se puede minimizar, haciendo lo siguiente:      

  • Calentar adecuadamente los músculos antes del entrenamiento / deporte  
  • Aumentar gradualmente la carga física durante el deporte 
  • Utilizar calzado adecuado 
  • Practicar deportes de manera moderada 
  • No sobrecargar su cuerpo y tomarse tiempo después del deporte para la regeneración.

 

Woman in sportswear faces the camera in greyscale

 

 

Laura de Bruin se graduó en 2013 como fisioterapeuta en la Hogeschool Rotterdam. En septiembre de 2015, comenzó la Maestría en Terapia Manual en Rotterdam. En junio de 2018, obtuvo con éxito este título y luego, en septiembre de 2021, comenzó la Maestría en Fisioterapia Psicosomática en Utrecht. Laura de Bruin considera importante brindar atención de buena calidad de manera eficiente y respetuosa, que cumpla con las preferencias, deseos y expectativas del paciente tanto como sea posible. Además de los tratamientos individuales con los pacientes, también supervisa grupos de ejercicios. En los últimos años, también ha seguido varios cursos sobre dolores de cabeza, problemas de cuello, hombros y espalda.

 

 

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Si existe una lesión grave, debe ser evaluada y tratada por un médico especialista. Si no estás seguro de la causa del dolor, también debes consultar a un médico. Si los síntomas se acompañan de enrojecimiento, hinchazón, sobrecalentamiento de las articulaciones, dolor severo o persistente y/o síntomas neurológicos (p.e. entumecimiento, hormigueo) o si el dolor irradia a las piernas, debes consultar a un médico inmediatamente. La información en esta web no pretende ser una base para el autodiagnóstico, tratamiento o medicación.
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