En este apartado te informamos de todas las lesiones diferentes que puede sufrir el pie como consecuencia de un sobreesfuerzo en el entrenamiento.
Tendinitis de Aquiles
Las lesiones en el tendón de Aquiles pueden ser extremadamente dolorosas. Si durante tu entrenamiento sientes molestias y observas que se ha generado una inflamación en la zona del talón no pasa nada, en ocasiones desaparece al cabo de unos minutos. Pero si sientes que el dolor de pies después de correr vuelve con más fuerza es recomendable parar el entrenamiento y descansar.
En esos momentos lo más importante es tener cuidado con el talón. Por lo tanto, el mejor tratamiento para ello es no volver a hacer ningún tipo de ejercicio hasta que la inflamación haya desaparecido. Aunque, para añadir más protección, puedes optar también por unas plantillas ortopédicas que se amolden al talón y lo aseguren con firmeza a la zapatilla.
Espolón calcáneo
¿Sientes dolor y tirones en la planta del pie, al ponerte de puntillas o cuándo giras sobre tus talones? En este caso, es probable que sufras de un espolón calcáneo. Estas calcificaciones suelen generarse por un exceso de sobrecarga en la fascia plantar.
Pero, no te preocupes. Simplemente es necesario estimular la circulación sanguínea del pie con un masaje. Y, para evitar que la inflamación vaya en aumento, es recomendable el uso de unas plantillas ortopédicas adecuadas para este tipo de afecciones.
Pie deforme
Cuando estás de puntillas los arcos del pie se aplastan, lo que provoca que aumente la presión sobre los huesos de los metatarsianos 2º y 3º causando el dolor y, posteriormente, una malformación. Además, es normal que por la compresión se empiece a sentir cómo la parte delantera del pie se entumece, y con el paso del tiempo aparezcan los callos.
Sin embargo, para evitar esta malformación en el pie, puede ser apropiado adoptar una forma de caminar que distribuya correctamente el peso corporal. También, al igual que en ocasiones anteriores, el uso de plantillas y un buen calzado pueden ayudar a evitarlo.
Trastorno del dedo gordo del pie
En ocasiones, el trastorno del dedo gordo del pie (conocido como hallux valgus) se desplaza hacia el borde exterior pudiendo provocar alteraciones como bursitis y pérdida ósea. Si notas que el dedo se encuentra inclinado hacia fuera y con la articulación hinchada no intentes enderezarlo, ya que intentarlo puede ser difícil y causar mucho dolor. ¿Cuál es el mejor tratamiento? En este caso, depende de la gravedad de la deformidad del dedo. Pero, para aliviar las molestias, es recomendable utilizar una férula, y llevar zapatos planos y ajustados.