La piel está formada por muchas capas. La capa externa, la epidermis, actúa como barrera protectora de las capas más profundas y más sensibles de la piel.
Si la piel está expuesta permanentemente a presiones y fricciones, por ejemplo por unos zapatos que no se adaptan bien, reacciona engrosando la capa externa, con lo que se forma una piel encallecida. Si persiste la presión, la piel encallecida puede formar un callo con un núcleo duro que alcanza las estructuras más profundas de la piel, más sensibles, y por lo tanto causa dolor.

Podemos hacer mucho para conservar nuestros pies en buen estado, por ejemplo calzando zapatos que se adapten bien a nuestro pie y utilizando cremas hidratantes especiales para piel. Sin embargo, los puntos dolorosos, los callos y la piel callosa son un problema muy común. Como medida preventiva recomendamos los anillos de protección frente a la presión de Hansaplast tan pronto como aparezcan los primeros síntomas. Las almohadillas blandas y autoadhesivas proporcionan un alivio inmediato del dolor y protegen las áreas sensibles de los pies frente a la presión y la fricción.

Limpie y seque perfectamente la zona afectada. Aplique el apósito colocando el centro de anillo de espuma directamente sobre el callo. Cambie el apósito cada dos días.
Pasados cuatro días, retire el callo, que ya estará reblandecido, con un baño de pies en agua con sales o con jabón.
El tratamiento se puede repetir si es necesario.

El ácido salicílico que se integra en el centro del anillo de espuma ablanda la piel endurecida del callo. Actúa ablandando la estructura intercelular que sujeta e integra las células del callo. Esto da lugar a una mayor hidratación, con lo cual el callo se hincha y se ablanda, de manera que se puede pelar con facilidad.

El Apósito para Callos de Hansaplast tiene 0,04 g de ácido salicílico.