Una caída por las escaleras, un accidente de coche o una cirugía: muchas situaciones de la vida dejan marca en forma de cicatrices de mayor o menor tamaño. Casi todo el mundo tiene una o varias cicatrices que le recuerdan dichos eventos. Las cicatrices pueden no solo causar dolor e incomodidad, si no que pueden reducir la movilidad e incluso la confianza en sí misma de la persona que las sufre, sobre todo si se sitúan en partes visibles del cuerpo.
¿Cómo se crean las cicatrices?
La formación de cicatrices es una parte natural del proceso de curación después de que la piel se haya dañado. Solo las heridas que no afectan a la dermis pueden curarse sin cicatriz. El organismo no puede sustituir el tejido especializado destruido de la misma forma, por lo que repara la herida con un tejido conjuntivo fibroso con colágeno para “unir” la piel dañada. Incluso después de que la herida se haya curado, el cuerpo sigue enviando colágeno al lugar afectado, por lo que se producen cambios en el tamaño y la forma de la cicatriz a lo largo del tiempo. La llamada fase de “maduración” puede durar años. Aunque la mayoría de las cicatrices no pueden eliminarse por completo, se pueden llevar a cabo pasos para garantizar una curación más uniforme y reducir la visibilidad de las cicatrices existentes. Descubre más información sobre curación de las heridas aquí.