Cuando brilla el sol y la naturaleza empieza a florecer, es imposible no sentirse atraídos por un bonito jardín. Porque, además, ¿qué actividad crea un mejor equilibrio para la vida cotidiana que un trabajo tan manual como la jardinería?
Desherbar. Cavar. Plantar. Cavar. Regar. Siempre hay alguna tarea pendiente en el jardín. Pero también hay que tomar precauciones, claro. Para asegurarte de que este hermoso pasatiempo no se convierte en un problema para tu espalda, debes considerar diversas cuestiones; por ello, hemos recopilado algunos conceptos básicos y varios consejos útiles para que disfrutes de la jardinería sin poner en peligro tu espalda.