Respecto a
Cómo se desarrollan los callos.
La piel se compone de varias capas. La capa externa, llamada epidermis, actúa como una barrera protectora de las capas más profundas y sensibles de la piel.
Si la piel se expone a una presión y fricción permanentes, por ejemplo, causada por un calzado mal ajustado, responde formando gradualmente esta capa externa y dando lugar a piel callosa (ver también: Instant help for dry and calloused skin). Si la presión persiste, especialmente en un lugar específico, la piel callosa puede formar un callo con un núcleo duro que accede a las estructuras más profundas y sensibles de la piel causando dolor. Este núcleo recibe a menudo el nombre de "raíz" del callo.
El color de los callos puede ser blanco/gris o amarillo/marrón, en función de su tipo de piel. Entre los síntomas destacan dolor e hinchazón en torno al callo y malestar con presión directa en el momento de caminar.
Los callos se forman en su mayoría en la parte superior de los dedos de los pies y en la cara externa del quinto dedo, es decir, las zonas expuestas a una mayor presión por parte del calzado. La forma de callo más dolorosa es aquélla donde el callo llega a entrelazarse con los nervios de la piel.
Los callos pueden aparecer también en la planta del pie y en forma de los llamados callos blandos entre los dedos de los pies, donde la piel está húmeda por el sudor o un secado insuficiente.